miércoles, 28 de diciembre de 2011

#42


Dos años. Dos largos años. Dos.
Y el mundo sigue vibrando contigo.
Una y otra vez.
Desde un "afterlife", desde un cielo, desde un infierno.
¿Quién sabe?

Descansa en paz, Jimmy.
Descansa en paz.


foREVer.



atte.

lunes, 26 de diciembre de 2011

#41


One big unicorn, strong and free
Thought he was happy as he could be
Then three little kittens came around
And turned his all life upside down
They made him laugh, they made him cry
He never should have said goodbye
And know he knows he could never part
From those three little kittens
That changed his heart.

sábado, 3 de diciembre de 2011

#40


Gritar y gritar.
El resto me da igual. Es verídico.




atte.

sábado, 12 de noviembre de 2011

#39



Hoy en día decir "te quiero" o amar a alguien parece haberse convertido en un tópico común, desfasado, desgastado indiscriminadamente.
Vacío, maltratado. No hay sentimientos que lo sustenten en su esplendor. No hay emociones que hagan que esas dos palabras cobren un significado grande y hermoso para quien las dice o para quien las recibe.
No hay hechos, recuerdos, ni susurros que les den forma.
Palabras anodinas, simples, que han caído de su trono sin quererlo, pasando a no significar realmente nada.

Pero, afortunadamente, hay quienes consiguen llenarse con sensaciones al oírlas y al decirlas.
Hay quien es capaz de detener el mundo cuando las pronuncia, de dar un giro de 360º a la vida de una persona, o sencillamente sacarle una sonrisa verdadera cargada de mil emociones y mil historias dignas de guardar. Hay quienes todavía siente el poder, la inmensidad, y la eternidad que atañen, que encierran, que cargan.
Porque querer a alguien no significa saber que la conoces, o que le tienes cierto aprecio.
Querer a alguien se basa en momentos compartidos, en anécdotas donde los protagonistas llevan la misma importancia, donde cualquier cosa cobra una importancia sutil y deliciosa, donde cada roce y cada gesto significan algo más que lo que son. Significan latidos de un corazón vivo.
De una persona.
De un ser que siente.
Porque nacimos con la capacidad de sentir más allá de nuestro instinto animal.
¿Y por qué no lo demostramos con hechos y situaciones?

Tengo la suerte de tener a alguien que me hace soñar cada vez que me lo dice.
Tengo el privilegio de seguir estremeciéndome cuando me dice que me adora.
¿Por qué el resto del mundo no lo siente igual y malgasta palabras tan significativas?

El mundo se muere en sentimiento y en razón.
El mundo se muere en todo.
Pero, mientras, yo me escondo en sus brazos, sabiendo que no voy a morir con ese mundo marchito.
A salvo en sus besos, en su respiración, en su mirada cristalina.

Porque querer a alguien significa quererlo por todo lo que es, por conocer hasta el más mínimo detalle, sus defectos, sus pasiones, sus virtudes, sus temores, sus rutinas, sus opiniones, sus maneras de ver el resto que le rodea.
Querer es algo más que el simple hecho de apreciar.
Es sentir a esa persona como parte de lo que eres tú.
Te aporta algo que te hace seguir respirando.
Seguir creciendo.
Seguir sonriendo.
Seguir viviendo.

Tener esa suerte es todo y cuanto puedo anhelar.
Y la tengo.
tengo la suerte de mi vida con nombre y apellido.
Con rostro.
Con sonrisa.


Todo y cuanto puedo desear.






atte.

lunes, 7 de noviembre de 2011

#38



Este momento, ahora, cada segundo que lo hace posible, cada instante que le da un suspiro.
Ese instante eterno en el que se cruzan las miradas y yo muero por dentro
Morir de una manera maravillosa al saber que nuestras manos, poquito a poco, se van acercando hasta rozarse, hasta acariciarse.
Un delicioso escalofrío me eriza la piel, llegando a cada fibra, a cada filamento. Todo se estremece.
Lentamente, como una chispa que recorre ansiosamente la pólvora hasta llegar al barril donde estalla.
Estalla, como el corazón bajo mi pecho.
Bombea, desbocado, con fuerza, llevado por un ritmo frenético que marcas con tus pupilas, tus parpadeos, y con el suave movimiento de tus labios esbozando una media sonrisa.
Muero otra vez, de lo mismo, de esa manera tan repetitiva

No puedo imaginarme otro reflejo que no sea el tuyo en mis ojos.
No puedo imaginarme otro rostro, otras manos, otra persona que no seas tú en esto.
A mi lado, cara a cara, sin mediar ninguna palabra más la que se susurran en silencio.
Esas palabras que tan desgastadas tenemos pero que nuestro fuero interno no deja de gritar.
Más me valdría a mí gritarlo a los cuatro vientos hasta que mi voz desapareciera.

Dedicarte mil atardeceres y otras mil más.
Dedicarte un millón de tonterías sin precio y de esas risas que son de verdad.
En este puñetero mundo de apariencias, solo tú me haces mostrarme sin una fachada para pasar desapercibida.
Eres tú quién me hace girar, temblar, emocionarme.
No conozco a nadie capaz de hacerme sentir bien de esta manera.

Y luego es cuando sucede, cuando tus manos toman mis mejillas con delicadeza y acercan mi rostro al tuyo. Más y más cerca, hasta que nuestros labios se rozan un segundo.
Una eternidad nueva.
Indescriptible.
Imperfectamente perfecta.

Vuelvo a morir por ti.
Por que te quiero a morir de la mejor manera posible.
En tus labios, en tus brazos, en tus ojos de chocolate.
Porque no haces más que hacerme renacer, cual pájaro de fuego.
Una y otra vez.
El fuego se torna incandescencia, una inmensa hoguera que me abrasa el alma.
Me abrasa, sí
Me envuelve, me conmueve.

Eres algo más que una persona para mí.
Eres un universo digno de conocer.
Eres una mirada digna de admirar.
Eres un corazón digno de cuidar.

Eres alguien digno de querer.

Y espero que sea un "para siempre"

Porque esto es nuestro. Solo nuestro.
Moriré por ti hasta que te canses de mí.
Viviré por ti hasta que te aburras.

Y yo soy feliz con tal de que lo sepas.
Mi corazón seguirá exclamándolo en silencio.


Fuego y Hielo.
Cielo e Infierno.
Valhalla.
Ese eres tú para mí.




atte.

lunes, 31 de octubre de 2011

#37

Cinq.
¿Qué más puedo decirte?
Te quiero.
Todos estos más de 150 días, hoy, ahora, a cada segundo, a cada parpadeo.

Eres mi vida entera.
Lo sabes, ¿no?
Lo sabes.

atte.

domingo, 30 de octubre de 2011

#36

Querido Ego:

Ya van "102" años. A ver si empezamos a ponernos cremas anti-arrugas y esos potingues raros que realmente no valen para un pijo.
No quiero excederme, así que seré breve.
YA PUEDES IR A LA CÁRCEL, MUAHAHAAHHA.
Vale no, olvídalo.
Sobrevive ahora como puedas, de frente, con una sonrisa. Ya te sabes tú ese cuento y tal.
No tengo nada más que añadir.



atte.

PD: Gracias a todos vuestros comentarios, mensajes, llamadas y por cantarme el cumpleaños. Me habéis hecho sonreír. Muchas gracias, de verdad.

lunes, 24 de octubre de 2011

#35


Hoy la vida me ha dado uno de los peores golpes que he podido encajar.
Bañado por la lluvia de Octubre, por el frío invernal que no deja de acercarse, por el viento que nos llega a los huesos cual filo mortal.
Nunca pensé que pasaría esto, nunca pensé que me fuera a doler tantísimo.
Nunca pensé que todo un sueño acabaría así.
Ese sueño que comenzó con el lamento que una vez escupió el mar, de manera tenue, imperceptible para nosotros, dándole tumba a una costa que jamás se despertaría.

Hace unos ocho años que eso ocurrió, que esa voz se deslizó por mis oídos y me hizo esbozar una sonrisa, animándome a cantar con ella, mostrándome un camino de baldosas doradas que brillaba con la fuerza de unas guitarras, de un grupo de hombres que hicieron más que música para mí.
Nunca me aprendí todas las canciones ni tuve todos los discos.
Nunca.
No tuve la oportunidad.
Y ahora es cuando me maldigo por ello.

Ahora parece que todo ha acabado y me duele pensar que nunca, NUNCA, podré cantar en sus primeras filas, reír con sus voces, llorar con sus melodiosas letras. Nunca podré sentir lo que llevaba tanto tiempo deseando. Nunca podré vibrar delante de ellos a cada baquetazo, a cada grito, a cada vitoreo.
No podré verlos como el grupo que una vez conocí.
Porque su voz... se ha apagado.

José Mario Martínez Arroyo, nuestro aclamado José Andrëa, ha decido dejar Mägo de Oz este 24 de Octubre.
Muchos dicen que su voz ya estaba lastimada y merecía un descanso.
Un descanso que me ha abierto el corazón de una manera dolorosa.
Ahora no puedo hacer más que secarme las lágrimas y escribir.
Escribirle a él, por haber protagonizado la banda sonora de mi vida con su voz relampagueante.
Con su voz divina que alcanzaba una perfección armoniosa en mis tímpanos, fuera lo que fuera lo que cantase, desde canciones de amor hasta canciones de pena. Desde nanas hasta bramidos, hasta himnos de borrachera, hasta lujoriosos cánticos, hasta canciones que carecen de todo sentido. Aún así, todas tenían su chispa.

Y yo soñaba con poder compartirlas, con ellos al completo.

Supongo que la suerte no estaba conmigo, ni lo estará.

Ahora solo puedo agradecerle lo que ha hecho
Solo puedo darle gracias por dejarse la piel en cada canción, por aguantar tantísimo tiempo, por darnos la oportunidad de haberle oído, de haber contemplado su talento, por haber tenido la oportunidad de oírle cantar.
Eres grande.
Nunca dejarás de serlo.



Sin ti yo sería silencio.
Lo seré.
Pero feliz de haberte conocido.
Gracias por estos 8 años de amaneceres gratis.


Gracias, José.

"Yo nunca te olvidaré"





atte.

sábado, 15 de octubre de 2011

#34


Nunca he sido muy dada a presumir de la clase de música que escucho, nunca se me ha dado muy allá decir que mi gusto es bueno, ni malo. No me gusta denotar demasiado lo que me hacen sentir, ni mucho lo que me pueden gustar.
Soy de esas personas que callan, que guardan, que dejan esas pequeñas cosas que le emocionan sean un pequeño secreto.
Porque hay cosas que te hacen volar a mil kilómetros de tu hogar, a través de los años, más allá de los límites de la propia realidad.

Para mí, la música es la mejor manera de dejarse ir entre el sonido de una voz, de una guitarra, o sencillamente de los acordes de un instrumento clásico.
Es una vía de escape que te hace desconectar por unos minutos.
Es algo maravilloso, es algo que puede tener un gran significado.

Sí, lo es.
¿No os parece?

Hace ya un tiempo que hay un grupo en especial que me hace soñar con cuentos y leyendas medievales, con guerreros, princesas, hechiceros malvados y criaturas extraordinarias.
Juglares de guitarras eléctricas y voces celestiales de nuestro siglo que, sin darme cuenta, le han dado vida a una parte de mi rutina de una manera que ya no sé describir.

Desde el primer segundo, ya mi piel se eriza.
El suave sonido del viento, las deliciosas notas de un piano, la poderosa intro de seis cuerdas, o sencillamente un voz vehemente que relata el camino que prosigue ese Héroe que protagoniza sus letras.

¿No es mágico cuando todo se escucha en una sinfonía que roza lo divino?
¿No es asombroso que sean capaces de hipnotizar tus oídos con tanta sutileza?

Filo de espadas. Alas. Rugidos. Fuego. Fuerza. Aire. Poderío. Potencia. Valor. Lamentos. Aflicción. Venganza. belleza. Razón. Magia.
Inmortalidad.
Gloria infinita.


Me hacen falta miles de palabras más.
Para contar todo lo que son, todo lo que representan y todo lo que hacen.

Una música que vuela por lo más absoluto halo de perfección, dejando exageraciones aparte.
Calidad en estado puro.


¿Qué exagero?
Más quisieran ellos que exagerase.

Son parte de esa clase de músicos que todos quisieran llegar a ser, son esa clase de guerreros de la que se precisa hoy en día para salvar algo tan maltratado y degradado como es el mundo de la música.
Le dan un pálpito, un suspiro vital que la renueva, y tal vez de ese ímpetu que tanto le hace falta.

Nombres tienen infinitos.

Pero todo se resume en uno solo.


Rhapsody of Fire.


A partir de allí, comienza un todo.
Un todo digno de conocer.
Un todo digno de escuchar.
Sobre todo.
Un todo digno de seguir.



Gracias a quienes hacen posible que esta maravillosa música vuele sobre lo más alto.






atte.




jueves, 13 de octubre de 2011

#33

No, no estamos bien.
Perdiso, extaviados, en cunetas y en lunares.
Los cuervos ya se devoraron mis migajas de pan. ¿Cómo demonios volveré a la seguridad ahora?
Mis altibajos son más bajos que superiores.
Cuando alguien se acostumbra a estar en lo más hondo, el subir cuesta.
Y más cuando uno se siente solo entre un montón de desconocidos.
Empezamos mal por un camino pedregoso y escarpado.
Ya ni diviso la cima.

Necesito un buen abrazo, otra vez.
Qué cosas.



Atte.

lunes, 10 de octubre de 2011

#32


Cuando esa gente se cree sentir especial y cree saberlo todo de alguna cosa, de una de esos detalles que te hacen la vida más amena.
Una palabra, una frase, un libro, un largometraje, un cómic, un cuadro, un grupo de música, un susurro...
Cuando esa gente no deja de hablar de ello, de estrujarlo, de exprimirle hasta la ultima gota de esa chispa que te hace sonreír, es cuando te apetece que rueden la cabezas.
Puede parecer una exageración, algo que lo siento demasiado a pecho, algo que me preocupa a sobremanera...
¿Pero es que no os ha pasado que tenéis algo que sentís vuestro y va alguien y lo mancilla, lo pisotea y lo destroza?
¿Que le quita toda emoción?
¿Que le arrebata aquello por lo que tanto te gusta?

Las obsesiones y las modas llenan todo de alquitrán, del alquitrán de lo común, de lo que a todo el mundo le gusta, lo que ya no es diferente y propio.
Es cierto que la música, el arte y todo lo demás no tiene dueño, pero sí medida.
Siento por dentro esa sensación de que todo lo que ha dejado una huella imborrable en mi memoria está siendo terriblemente ultrajado por aquellos que creen saber más del tema o creen ser más "amantes" de lo que yo llegaré a ser jamás.

A la mierda con esta gente que no sabe entender la esencia de algunas cosas.
A la mierda con esta gente que me asquea.
A la mierda con esta idiotez que crece cual germen en sus cabezas.


Estoy cansada de siempre lo mismo.
De esta gente.
De esto que tanto desprecio.


atte.

sábado, 1 de octubre de 2011

#31

Quatre.
Mois.
Y el numerito nos persigue a pesar de ser primero de mes.
Como miel en los labios, como ese dulce roce que nos hace volar mas allá de nosotros mismos.
Me siento viva al poder compartir este día contigo, a tu lado, con nuestras manos entrelazadas y nuestros ojos mirándose intensamente.
Siento ser tan asquerosamente cursi, pero me inspiras para escribir esto y mil cosas más, se me ocurren mil maneras de decirte lo mismo con tal de verte sonreír.
Te quiero.
Aquí, a mil kilómetros.
Cada fibra y latido.
Todo.

Eres mi vida entera.



atte.

domingo, 25 de septiembre de 2011

#30


Qué raro que me sienta rara.
Qué extraño que me sienta extraña.
Estoy ante un nuevo laberinto y no queda hilo de oro. El minotauro tiene miles de caras, miles de miradas, y está acechando, en algún rincón, detrás de alguna pared. Paralizada me quedo, mientras mi propios espasmos me hacen respirar con dificultad.
Se me olvida hasta cómo pronunciar, las palabras se arrastran por mi garganta para acabar en susurro.


Asco de distancia.
Asco de todo.




atte.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

#29


"Pase lo que pase, seguiré contigo. Sólo contigo"

Juntos, lo nuestro puede con todo.
Con esta inmensa distancia que está por interponerse entre ambos, con miles de carreteras, con ciento de kilómetros.
Y sé que podremos con ello y con más.
Lo nuestro es más fuerte que cualquier cosa.

Porque funciona.
Porque sí.

"Hay pequeñas tonterías de las que nunca te aburres... porque son las que siempre te sacan una sonrisa"

Tú eres esa sonrisa.
Desde hace tres meses. Desde ahora. Y para siempre.


Valhalla.



atte.

lunes, 19 de septiembre de 2011

#28


Ya no tengo más palabras para decírtelo. Solo me queda rodearte y estrecharte entre mis brazos, una tarde, miles de tardes más.
Me he dado cuenta de que esto funciona, esto camina día a día, por los dos. Somos diminutos, pero juntos, lo nuestro es inmenso, eterno, monumental.
¿No lo has visto tú también en mis ojos?
Pues yo en los tuyos sí, ahora, cuando me sonríes tímidamente.
Decir que me siento feliz es quedarme corta. Ya no tengo palabras.
Solo imágenes, solo caricias, solo susurros al oído.

Esos "Te quiero" en voz muy baja, intentando no romper ese silencio tan elocuente que se hace presente entre los dos.

Y en el momento en el que nos toca aguantar la respiración, ya dejo de sentir ese miedo tan palpitante, ese frío temor de que tal vez no nos veamos en mucho tiempo.
No más desconcierto, no más decepciones.
Porque estoy contigo.
Eso es lo único que verdaderamente importa.

"Come what may... I'll be here to hold you."


atte.

domingo, 11 de septiembre de 2011

#27


¿Por qué temblar en vano cuando ya estaba condenado? ¿Por que mis rodillas flaquean ante el miedo, ante lo que está a punto de suceder?
La gelidez de los barrotes ya me ha anunciado ese instante cientos de veces, cual susurro al oído, cual verdad irrefutable. ¿Qué más puedo hacer si no esperar con paciencia?
Supongo que, como ser humano, me toca estremecerme ante el miedo de que perderé la respiración y un dolor inmenso atravesará mi cuerpo, haciéndome convulsionar hasta que la muerte me arranque lo que me queda de aliento. Y todo ello bajo la ridícula forma de una cuerda y un cadalso.
Temible, amedrentador.
¿Este es mi fin después de tantos pecados?

Cual mal sueño, me revuelvo en el suelo de mi jaula.
Mi piel está dañada de tantos pellizcos. No volveré a despertar después de estar tanto tiempo dormido, ni si quiera las oraciones de aquellos que me piden confesión en nombre de Dios, de un Dios que me deja morir. Entonces, ¿de verdad existe o es la deidad más cruel que haya visto esta tierra?
Muchas preguntas y el tiempo se agota. La arena de mi reloj cae por última vez, y ya nadie podrá darle la vuelta para recomenzar la cuenta-atrás.

No puedo retener más esas finas lágrimas que se apelotonan en las comisuras de mis ojos, sin razón aparente. No me explico que me sucede en este preciso momento, cuando nunca le tuve miedo a la muerte ni a lo que me espera más allá de esa soga.

El mundo ahora se muestra extraño, ajeno, y me percato de que fui un inadaptado a sus vicisitudes, a su orden predeterminado por hombres que jugaban a ser más que poderosos. Una mueca última de asco, de incredulidad.

¿Realmente es este el fin que me espera?
Mis pasos parecen darme un afirmativo perezoso. Dejé de oír los cánticos en su nombre y solo me quedan las compasivas palabras de aquellos que, tarde o temprano, correrán mi misma suerte.
Mientras, viejas secuencias pasan ante mis pupilas sin yo poder descifrarlas.

Un niño, un joven, un hombre, un monstruo.
Una evolución truncada por manchas de humanidad.

Las cenizas de mi alma solo quieren echar a volar ante la inminencia de un último segundo.
¿Podrás atraparla entre tus dedos? ¿Podrás retenerla un poco más?
Muchas preguntas y el tiempo se agota. La arena de mi reloj cae por última vez, y ya nadie podrá darle la vuelta para recomenzar la cuenta-atrás.

Ya no queda arrepentimiento ni remordimientos por lo que una vez hice y fui.
Mi verdugo enrolla esa asquerosa maroma alrededor de mi garganta.

No, no llores ni te aflijas por mí, por mi partida.
No es más que un viaje de ida pero sin vuelta en busca de certezas absolutas, y lo único que puedo susurrar es que guardes mis palabras, así mi alma vivirá hoy y para siempre.

Y es el momento de mirar sin ver, de escuchar los que me verán morir sin oírlos realmente.
Todo parece equilibrarse por sí solo. Todo.
Es cuando te das cuenta de algo que siempre has ignorado, algo que ahora es tan simple como un chiste.
La vida es un truco de ilusiones, magia potagia que no entiendes hasta el final.
Extraño espejismo, ¿no crees?

Hasta que el sabor de la Muerte te lo descubre.
Todo cobra sentido.
Cuando ya no puedo mediar palabra.


(Se cierra el telón)






atte.



viernes, 9 de septiembre de 2011

#26


Aullidos mañaneros, aullidos trasnochados, aullidos de agonía, aullidos de nostalgia.
En el fondo, la foresta no es tan oscura. Los cedros se muestran camaradas de viaje, y las ramas finos dedos que nos cubren del sol, del arrogante sol que nos roba el misterio a nuestros pasos.
¿Qué es lo que nos queda al final en esta vida de soledad?
Enseñar los dientes y hacer que nuestros ojos brillen en la placidez de una noche de luna llena.
Algo que nos eleva, algo que nos lleva lejos de nuestro nido de amor, bajo la melodía angelical de un don nadie.
Ya no hay nanas para dormir, y la caperuza carmesí ya se nos antoja repetitiva.

Un chispazo, y la bomba de relojería terminará su cuenta atrás, explotando en miles de malas intenciones, de zarpazos y risas desequilibradas. Estoy fuera de órbita, se me va la cabeza de manera constante. Por ti, por tu corazón. Hago siempre lo mejor para conseguirlo, aunque ello me obligue a cantar toda la noche.
Dejar que mi respiración se marche, que mis cuerdas vocales sangren.

Por desgracia, no soy más que una bestia criada por lobos, y en mis venas corre algo más que mi propia existencia. Venganza, rencor, y las heridas que me provocaron una vez.

De algún modo, de alguna manera.
Cayendo en este círculo de árboles y hojas grisáceas.

Y ahora lo único que nos separa es esta línea, una fría línea de batallas que quedan por comenzar.
La batida se cierne sobre mis patas.

¿Qué más puedo hacer?

Correr, escapar de un laberinto que marca mi propio instinto.

"On, my sweet Moonlight, give me your shine in this fucking nightmare one more time.
Please, I'm begging you. Now. For the rest of my hopeless life.
My silver lady.
Take me far away, where only you can listen to my melancholic howl"


Ahora estamos, frente a frente.
¿Qué haremos ahora?

Sonríe, desdeñosa.



atte.

jueves, 1 de septiembre de 2011

#25


Terminar Agosto y empezar Septiembre entre tus brazos, mientras, de fondo, una guitarra deja acordes en el aire.
Y ya son más de 90 días juntos. 90 días desde que te robé un beso en mitad de la calle sin importarme lo que el resto del mundo pudiese pensar.
Dejando a un lado todo lo que me agobia para dedicarte toda mi atención.

Es maravilloso. Eres maravilloso.

No necesito más.
Bueno, sí, más tiempo contigo.



Lirón.


atte.

sábado, 27 de agosto de 2011

#24


Ha pasado muchísimo tiempo desde que intenté salir del cascarón, como un polluelo que se enfrenta al mundo por primera vez. Solo que yo ya he visto lo que hay fuera, las calamidades que nos hacen la vida difícil, cuesta arriba, complicada. Vamos, el mundo real al que estamos acostumbrados.
En esta ocasión he de mencionar que estoy algo cansada de mi propio humor, de mis repentinas ganas de encerrarme en mí misma y de hacer oídos sordos, y estoy cansada de intentar quedarme dentro de mis casillas, como alguien aislado del resto del mundo...
Alguien acorazado, que siente regocijo al estar protegido, pero el miedo de adentro permanece.
Un miedo que me ha llevado tiempo comprender y al que he ido criando sin darme cuenta, hasta que me ha dominado, tanto el corazón como mi propia forma de actuar.

Y ahora veo los telones que he desplegado para mantener lejos a quienes me importaban, para alejarlos, para mantenerlos al margen. Lejos de mí, lejos de lo que siento dentro, lejos del miedo y del dolor que me hacían sollozar cuando menos lo imaginaban. Ese miedo que te hace retroceder.
Es repugnante, pero cuesta dejarlo ir.
¿Cómo lo haría entonces?

No he encontrado la respuesta hasta mucho tiempo después, cuando una voz me lo ha dicho.
Pensé que esa voz jamás me diría lo que necesitaba oír, oponiéndose rotundamente a todos mis pensamientos, a todas mis convicciones. Una voz cargada de razón que me faltaba, de verdades a las que me negaba escuchar. Una voz que dejé sonar sin prestarle atención, hasta ahora.
Como una cría malcriada. Como una niña caprichosa.

Sí, nunca me he considerado una buena persona.
Soy el monstruo producto de cuatro años de formación, de cuatro años en los que invertí parte de mi adolescencia en odiar y en vivir de ese odio.
Un odio que me ha hecho tener un miedo terrible, pero, a la vez, sentirme invulnerable, como un animal herido que enseña los dientes a sus opresores. Una mezcla extraña, un cóctel molotov que tarde o temprano terminaría estallando, haciéndome más daño del que jamás sentiría.
Haciéndome daño a mí misma, y a los demás.
Y eso es algo que nunca haría.

¿Cómo he podido permitirlo? ¿Cómo he sido capaz de dejar que ocurriese?
He caído en la cuenta que he vivido cuatro largos años por ese grupo de personas a las que tanto desprecio, sin importarme el resto. No veía más que enemigos y adversidades a mis pies, y me di cuenta de que no dejaba de caer y caer en lo mismo.
Como una historia que se repite una y otra vez.

Me he cerrado a muchísimas cosas con tal de sentirme a salvo de todos. Me he cerrado a muchas personas, y dejé que mi verdadera voz solo susurrase en mi cabeza, no entre mis labios. Tampoco es que me arrepienta de ser como soy ahora mismo, pero es momento de reconocer mis errores, uno tras otro, hasta decir que me equivoqué. No soy como muchas de las chicas de mi edad. No tengo gustos convencionales, no tengo preferencias esperables. Todo mi mundo lo veo diferente, aunque sea un poco... Y eso me ha abierto otras puertas que antes veía cerradas, eso me ha permitido avanzar y tener a mi lado personas que buscan lo mejor que hay en mí.

No sé si alguien podrá entender esto, y me da exactamente igual si lo leéis o no.
Pretendo convencerme de que he actuado mal y que le he dado más importancia a las heridas abiertas que a los que pretendían curarlas.

Soy una persona verdaderamente egoísta y aún me queda mucho por recorrer para madurar de verdad. Ahora solo me quedaría quedarme en paz conmigo misma y dejar de pensar en algo que pasó hace tanto, cuando empezaba la secundaria. ¿De qué sirve si ya he pedido disculpas por lo que pude hacer? ¿De qué vale si yo ya hice lo que debía para enterrar toda esa experiencia?

Quizás lo que haga falta es echarle tierra y comenzar con la cabeza bien alta lo que está apunto de aparecer. Una etapa nueva, donde ya estoy asustada desde el principio, pero ¿sabéis? No es ese miedo del que hablé antes.

Ese miedo se derramó ayer en lágrimas, se fue, se marchó... y eso es lo que espero.
No más gritos, no más ataques de histeria, no más rencor acumulado.
Nunca podré hacerles pagar el daño que recibí porque eso no me corresponde a mí.
Hay una ley universal que dice que toda acción tiene una reacción igual y opuesta. Yo lo llamo el Karma, el Destino, la Suerte... ¿O sencillamente "consecuencias de nuestros actos"?

No importa. Ahora ya no.
Mejor dejar que cada uno siga su camino, con sus conciencias, con sus cruces a las espaldas.
Mejor dejar que el tiempo decida que darnos por todo lo que vamos construyendo a nuestro paso.
Sea bueno o malo. Es cuestión de esperar, o de ignorar.

Lo que sea.

Las cáscaras de mi coraza ahora caen una por una y puede que ya no pueda deshacer lo que he hecho y en lo que me he convertido, pero sí puedo crecer. Por fin. Tal vez así pueda llegar a ser mejor persona.

¿Quién sabe?
No pretendo pensar mucho en ello, si no dejarme llevar por lo mejor que tengo, que es realmente lo que queda, igual que lo que aprendemos.
No necesito más.

Todo acabó cuando dejé esa maldita casa de los horrores, de pupitres y libros.
Me toca ponerle fin y olvidar.

"El olvido es el peor de los castigos... y el mejor de los perdones"

Por fin.
Es hora de decidir por lo bueno.
Lo malo ya se va, como los segundos, como las horas.

Un rayo de optimismo, de nuevo.

Gracias a aquellos que han estado allí y que me soportan tal y como soy.
Siendo un monstruo.
Siendo yo.
Y solo les puedo decir que e disculpen cuando hable de más o de menos.


Toca respirar con calma.



Atte.

#23

Deber, debería.
Más que nunca ahora, cuando van días sin verte y te echo tanto de menos.
Significas un mundo para mí.




atte.

viernes, 5 de agosto de 2011

#22


De esas que sientes miedo, un miedo aterrador mordiéndote la columna, haciendo que te estremezcas y tiembles. Un frío atronador envolviéndote, poco a poco, en una sensación de inquietud, y todo te parece estar al revés, o sencillamente más oscuro... más siniestro... más horrible.

Ahora mismo ya no encuentro rincón donde agazaparme y gritar, ya no encuentro sábana que me cubra de las pesadillas nocturnas que acechan desde algún sitio de mi habitación. Sí, tengo demasiado miedo.
No dejo de temblar, y ya me he cansado de derramar lágrimas.
Un "ayúdame" ya no me sirve de nada, al igual que chillar de pavor.

No es que me sienta como una niña aterrorizada ahora mismo, pero estoy al borde de caer en esa situación.
La música a todo volumen de mis cascos me mantiene allí aún.
Pero la realidad me supera, y no soy tan fuerte.

Mi vulnerabilidad me mata.
Otra vez.



Por suerte tus brazos me atan fuertemente a ese límite. Menos mal que aún puedo sonreír un poco.


atte.
Gé.

martes, 2 de agosto de 2011

#21


En esos momentos cuando me sacas una sonrisa aunque esté enfurruñada, enfadada o triste.
Esas palabras tuyas que me hacen bajar la cabeza y ruborizarme.
Esa mirada que me hechiza una y otra vez, así, sin querer.

No me canso de pasarme de cursi, no cuando se trata de ti.
Tener tengo derecho y me importa un comino lo que piensen los demás cada vez que rozo tus labios.
Ya decir que te quiero me es insuficiente.
No, lo que siento por ti es más.
Mucho más.

Gracias por una tarde tan maravillosa entre tus brazos.


atte.

#20


Meses que se extinguen y otros que abren los ojos.
El verano se me acaba y creo que, a pesar de estar libre de obligaciones, lo estoy despilfarrando descaradamente. Mis dedos ya no se dedican a escribir como debieran, los lápices de dibujo permanecen olvidados en algún rincón de mi escritorio, y los libros que me he empezado pero que aún no he acabado se apilan.

¿Nunca os ha pasado que comenzáis las vacaciones marcandoos listas de qué hacer y, al final, no hacéis ni la mitad?

A mí no es la primera vez que me pasa, y sé que no será la última, pero este se supone que es mi último verano como estudiante antes de pasar a un nivel más elevado, más difícil, y que temo que me absorba por completo. No tengo miedo a abandonar mi adolescencia para empezar esta nueva andaina, lo que me atemoriza es no tener tiempo ni ganas. La inspiración brilla por su ausencia, y no dejo de enviarle telegramas urgentes para que vuelva a mi lado, a mi cabeza, y deje de actuar en un segundo plano para que dance cual protagonista de una comedia.

Puede que me haya sobrevalorado, o que haya sobrevalorado mis nervios. Puede, sencillamente, que necesite tomarme en serio un respiro y cerrarme a todo lo demás. Últimamente siento que hay mucho gente que está demasiado lejos para pedirle consejo, y que, poco a poco, me encerrarán en el olvido o en la triste indiferencia.
Parezco una niña pequeña una vez más, que se aferra a su gran ignorancia para argumentar su miedo.


En fin, supongo que no son más que pequeña paranoias que cruzan mi cabeza.
Ahora me toca crecer otra vez.
¿A qué precio?
¿Por cuánto tiempo?


Seguiré buscando cualquier excusa para decir "Todo va a salir bien"
Algo de optimismo sí que me queda.


atte.

sábado, 30 de julio de 2011

#19


El mundo y yo tenemos un serio problema:
Él no me escucha, y yo no lo entiendo.







atte.

#18


Nos acostumbramos a soñar despiertos y a vivir una vida maravillosa dormidos.
Nos acostumbramos a bailar al son del tiempo y de granitos de arena.
Así, como pequeños títeres en una tragicomedia donde hay más lágrimas que sonrisas.
Más penas que glorias, más decepción que emoción.

Supongo que es normal siendo lo que somos, viviendo como vivimos.
La vida de color rosa es una ficción tan tentadora que nos olvidamos que tenemos que soportar la gran carga de ser personas. Nuestra moral a veces estalla en mil pedazos y ya ni somos capaces en discernir entre lo que está bien y lo que está mal... hasta nuestras prioridades se tambalean sobre nuestros hombros a la vez que nuestros dedos rozan las maravillosas teclas de un piano de cola.
Nos sentimos grandes cuando menos lo necesitamos, y nos encerramos en una burbuja sinfónica que rezuma armonía por donde explota.

Música y melodía. Que grata combinación.
Si tan solo supiéramos reír de verdad todo sería muy distinto.
Una risa de verdadera felicidad, sin sarcasmo e ironía de fondo.

¿Que diría el NOSOTROS de hace unos años? ¿Ese que reía y soñaba por cualquier cosa?
¿Se burlará? ¿Gritará de terror?
¿O sencillamente te preguntará, con voz inocente, en qué demonios se habrá convertido al pasar un tiempo?

No vivo de la ignorancia ni del optimismo.
El hiperrealismo se me antoja escaso.
¿Estamos vivos o solo somos un amasijo de carne que respira?


Supongo que al final lo que importa es lo que se comparte y se recuerda.

Después de tantos lamentos hay un chispazo que nos hace alzar la mirada y decir "Después de todo, aquí estoy."

Sí, aquí estamos, como tablas de un todo destinados a navegar a la deriva.
A la deriva de nuestros errores, de nuestros miedos, de nuestros sufrimientos.

Pero... ¿sabes una cosa?

Aunque la tristeza nos ame de cerca y la felicidad nos espere lejos, podemos augurar lo siguiente que va a ocurrir.
Entreverlo, de soslayo.

Ahora es cuando debes sonreír de verdad.
Cuando te das cuenta que eres TÚ, y nadie puede negar esa evidencia.

¿No te hace feliz?
A mí sí, aunque sea solo por unos segundos.





atte.
Gé.

viernes, 29 de julio de 2011

#17


Tiempo, necesito tiempo.
Más horas, más segundos, más instantes, más parpadeos.
Necesito un tiempo que cada día se esfuma, necesito un tiempo que ya no me queda.
Es terrible pensar que las semanas vuelan y yo no haya hecho nada para aprovecharlas. Estoy asustada, porque no quiero ver el final.
Me agazapo, me escondo, porque no quiero que me veas llorar. Y, por mucho que me fastidie, lloro como una cría, lloro porque se va todo y no puedo hacer nada para detenerlo.
Lloro porque son muchas las cosas que me atormentan, y lloro porque no sé cómo explicártelo.

Cuando una persona se convierte en algo más que una persona para ti, decirle que te vas (puede que muy lejos) es duro, complicado, y duele. Duele muchísimo.
No quiero que la distancia me fastidie y me haga caer de rodillas, no quiero que los kilómetros nos hagan sufrir, no quiero que el echarte de menos me martirice de una manera cruel y despiadada.
Parezco una romántica aferrándose a una realidad que no existe, pero no soy más que un estúpida adolescente enamorada e indecisa.

Tengo un largo camino que seguir y me niego rotundamente dejarte atrás.
Soy demasiado egoísta como para hacerlo. No permitiré que te quedes tan lejos de mí.

Y te prometo que si la distancia es corta, moveré cielo y tierra para que nunca te libres de mí.
Así de molesta soy, pero solo por ti.



Por que, sin duda alguna, te quiero.
Mucho.
O si no pregúntale a uno de mis sueños.
Estoy segura de que te dirán lo mismo.


atte.
Gé.

jueves, 28 de julio de 2011

#16


Supuse que sería un buen momento para rendirse, para detenerse y dejar que todo lo demás pase, fluya, vuele.
Tan difícil ha sido todo esto que ya es hora de decirle un último adiós.
Un adiós por todo lo que me ha hecho. Adiós por el tiempo que estuvo atormentándome.
Te quiero lejos de mí y de mi vida, y por eso mismo me despido.

He sido fuerte durante demasiado tiempo, abrazándome a deseos y esperanzas que ya no son que meras estupideces en mi cabeza. Ya es hora de pensar de otra manera y dejar de ilusionarme por cada nuevo amanecer que ocurre en el horizonte.

Me han destrozado el poco optimismo que me quedaba dentro, y ya tengo poco a lo que aferrarme.
Es momento de rendirse, y de borrar. Olvidar. Desvanecer.

Y además, ¿a quién le importa?
A mí ya no.
A nadie.

Creer que algo puede salir bien me ha costado muchos quebraderos de cabeza.
Mi galería de sueños se ha cerrado.
Mi diario de pensamientos también.

Sé que el cielo sigue arriba pero... ¿por cuánto tiempo?

Al menos me queda el único trocito que ha caído de él para mí.
No estoy completamente sola en el andén. Menos mal.

Sin embargo, a mí las despedidas se me dan realmente mal.




atte.


miércoles, 13 de julio de 2011

#15

Agujas de hielo, y palabras cortantes cuales hojas de estoques.

Supongo que me toca gritar y callar, supongo que hablo porque sí, no para complacerte a ti, y sé que pronto habrán kilómetros de por medio. Adiós sonrisas embusteras, hola desprecio perpetuo.
Tarde o temprano debía de pasar, ¿o es que crees que has dejado de lanzar veneno solo porque has mudado de piel y de maneras? No puedes comprar a nadie con un "te quiero" en falso, o con motes empalagosos para dirigirte. No puedes comprarte el cielo después de todo lo que hiciste, ¿o es que sabías que las personas no olvidamos y que las cicatrices no cierran?

Me echaste alcohol, me escupiste palabras tajantes, me pisoteaste como a un insecto solo porque te dio la gana.
Puede que seas más atractiva de cara, pero por dentro supuras de maldiciones.
La confianza me dio más que asco en ese entonces, y ahora también.
Digo lo que me permito decir, y puedo bramártelo a la cara, ¿o es que piensas que soy tan absolutamente cobarde como tú? Las pantallas son muy luminosas y preciosas, y pueden ocultarte el rostro, pero jamás lo que realmente eres.

No nací víbora, así que no entiendo tu actitud... ¿la verdad? No me importa.

He peleado ciento de veces contra ti y contra la sub-raza a la que perteneces.
Tan bajo caes, tan bajo te arrastras... ¡Pero qué se le va a hacer!

Una vez alguien me dijo que en cuanto viese una serpiente en mi jardín le cortase la cabeza, así ya no son peligrosas.

Supongo que rodarán cabezas.
¿La tuya? ¿La de tus amigas?

Alguna.

La mía, no.




atte.

miércoles, 29 de junio de 2011

#14



Ya no quedan palabras para describir lo inefable. No quedan más que recuerdos vagos de una buena noche de verano después de San Juan, una noche donde Madrid le abría sus alas a ellos, una noche donde decenas de personas gritarían, llorarían y cantarían.

Es increíble darse cuenta que, después de dos largos meses de espera, todo ese tiempo ha valido realmente la pena.
Ha valido la pena conocerles, ha valido la pena llorar con sus canciones, y ha valido la pena sentirse uno más de la Familia, justo cuando M. Shadows entonaba un poderoso "Welcome to the Family".
Ha valido la pena quererles sin condición, quererles sin haberles visto nunca, quererles solo por su incomparable carrera en el mundo de la música.

Sí, para mí es música, aunque haya gente que lo niegue. Para mí son grandes, son increíbles, son AWESOME e indiscutiblemente humanos; y el viernes 24 de Junio pude darme cuenta de ello.


No me importa haber llegado tardísimo a la cola, no me importa no haber ido tan acorde al estilo de los demás seguidores, no me importa haber estado esperando para entrar más de una hora, no me importa haberme perdido a los teloneros en el camino. Fui como bien podía ir, y me importó una mierda desentonar. ¿Qué más da el aspecto cuando vas a contemplar un espectáculo entres luces, focos y oscuridad?
Todos somos uno una vez nos hayamos allí, a los pies del escenario.

Y lo fuimos, vaya que lo fuimos.

Recuerdo a todos esos seguidores nerviosos, los recuerdo parlotear para disimular la emoción de entrar de una vez al palacio, y sé que no era la única que se había recorrido más de quinientos kilómetros solo para verles. Solo y únicamente para verles.

¿Maravilloso? No, superior.

Ya pasaban de las nueve y media cuando finalmente pisé la entrada del palacio. No podía contener más ni mis ganas ni mi propia exaltación. Sé que una vez entré allí, mis pies me llevaron a toda prisa a la pista, donde ya los fans se apelotonaban, luchando por alcanzar el mejor de los sitios. Yo ya había perdido la esperanza de conseguir llegar a las primeras filas, y maldije una vez más el hecho de haber llegado tarde.

El calor era casi insoportable, y el aire se tornaba denso sobre nuestras cabezas. Éramos muchos respirando a la vez, y el ambiente estival no hacía más que aumentar la tensión y la impaciencia de todos. Me deslicé como bien pude entre la muchedumbre, que permanecían casi estoicos al ver que alguien pretendía avanzar.
Fue una tarea difícil, pero al menos se veía bien el escenario.

Fue cuando reparé en el decorado... No era gran cosa, pero sería su propio templo, el templo donde aquel sueño se haría realidad.

Pasaban de las diez de la noche.

¡Cuánta emoción comprimida!
¡Cuánta tensión!

Ya no quedaba casi aire fresco para respirar ni uñas para morder.

Los gritos del público rompían la poca calma que nos quedaba.

"¡SEVENFOLD! ¡SEVENFOLD!"

Esa palabra sonaba al unísono, pasando de garganta en garganta, como una cantinela que hacía retumbar mis oídos de una manera sencillamente exquisita.

Y fue cuando todo comenzó.
Las luces se apagaron y dejaron paso a una tensa oscuridad que pronto se vería interrumpida por la luz de los focos, por los primeros sonidos, los primeros acordes de guitarra, los golpes de las baquetas y, sobre todo, por la voz de M. Shadows chillando "NIGHTMARE" con tanto poderío.

"Now your Nightmare comes to life..."
Cierto era, la dulce pesadilla estaba por comenzar.


Lo siguiente que ocurrió fueron mil emociones volando de un lado a otro, zarandeando nuestros oídos a golpe de guitarra y de batería, con los insinuantes toques del bajo de John Christ de fondo.

Estaban ellos cinco haciendo más que música sobre ese escenario. Magia, fuego, melodía, una bomba de relojería que estallaba una y otra vez en nuestros corazones, haciéndolos vibrar de una manera tan intensa... que aquella pesadilla sería la más grande de todas nuestras vidas.

La marea de brazos y de gente me llevo a la deriva mientras las canciones se sucedían.
Pude alcanzar la tercera fila por mucha suerte, y no hacía más que balbucear las letras de las canciones mientras intentaba por todos los medios terminar de creer que estaba allí, que lo estaba viviendo en todo su esplendor.
No dejaba de perseguirlos con el objetivo de mi cámara de una manera casi frenética, concentrándome en seguir también las palabras de Shadows con devoción.

No me acuerdo cuantos codazos tuve que sufrir por estar allí, ni tampoco es lo importante.
Los veía saltar de un lado a otro dejando claro que eran uno de mis grupos preferidos, los veía adueñarse de un público que se entregó con la misma fuerza con la que ellos tocaban, y en esos instantes de fuerza fue cuando el recuerdo se hizo presente.

El recuerdo de un amigo, de un hermano, de un músico sin igual.
James Owen Sullivan.
The Rev.
Jimmy.

Él estuvo allí, y con So Far Away quedó más que consolidado.

"Where You can stay. You can stay awake foREVer"

Unos momentos realmente entrañables.
Preciosos.

Cuánto se te echa de menos, Jimmy.
Muchísimo.
Y Madrid sintió la Leyenda que eres de cerca.
La Leyenda que eras, que eres y que seguirás siendo.
Siempre y por siempre.




No recuerdo exactamente el orden de las canciones, pero si no me equivoco se sucedieron en Nightmare, Critcal Acclaim, Welcome to The Family, Almost Easy, Buried Alive, So Far Away, God Hates Us, Afterlife, A Little Piece of Heaven, Bat Country...
¡y quién diría que cerrarían esa noche con Unholy Confessions y Save me!

Supongo que nadie. Al menos yo me considero realmente sorprendida.


¿Cómo olvidar a M.Shadows dedicándole unas palabras a su desaparecido hermano? ¿Cómo no guardar en la memoria el momento en el cual recogió esa preciosa bandera con su retrato y con FOREVER escrito? ¿Como dejar atrás su voz acariciando las palabras de cada canción con una intensidad arrolladora?
¿Cómo perder a un Synyster Gates lanzando sus solos con tanta precisión y maestría? ¿Cómo no mirarle y sentirse fascinado por su talento al deslizar sus dedos por el mástil de su Schester?
¿Cómo no quedarse atónito ante el poder que le otorgaba Zacky Vengeance a cada canción? ¿Cómo ignorar su inconfundible figura animando a los allí presentes?
Y no olvidemos a Johnny ni a Arin Ilejay... ¿que habría sido de todo esto sin ellos?

Nada. Absolutamente nada.


¿Cómo poder olvidar ese 24 de Junio?
No puedo, no debo, ni lo voy a permitir.

Aún resuenan los gritos del público en mi cabeza.

Sólo me falta desear algo.

Repetirlo.
Una y otra vez.





Atte.
Gé.

jueves, 2 de junio de 2011

#13


Sonreír y sentirme absurda.
Sonreirle y volver a sentirlo.
Sonreír con el estrés sobre tus hombros. Sonreír por alguien.
Por ese alguien.

No puedo evitar sentirme idiota, ridícula, patética.
No puedo evitar susurrarlo porque, en el fondo, es cierto.

Es cierto, sí.

Y un buen día, una buena tarde en un banco de piedra, soltarlo todo desde dentro.
A sus ojos, con miedo. Con temor.
Fue algo ilógico, e incluso que se escapa a lo racional.
Pero, como alguien pronunció una vez, las razones que la Razón no entiende son las razones del corazón.

Por eso hoy le digo, en voz baja, algo estúpido, estropeándolo todo.
Algo tan estúpido como un "Te quiero".

Y no hay nada más bonito que esa persona también lo diga.
Que me lo dedique.

Gracias por ser mi gran distracción.
No podía tener nada mejor en mi cabeza que tú ahora.









Einunddreißig

atte.

lunes, 16 de mayo de 2011

#12



Él se marchó hará unos cuantos ayeres... y en ese momento, no me importaba.
No, no me importaba. Habían caprichos en el viento y fantasías aún por inventar.
Sin miradas ni secretos... lejos de un costado iluminado por el sol.
Nada de melodías quebradas bajo mis labios.
Pero ahora que he perdido el norte, he caído en la cuenta de que sus ojos brillaban cual diamante de siete colores.

Y así era.
Su mayor tesoro no solo se reducía al brillo de su mirada, si no también a su voz, al sonido que pronunciaba para hilvanar esas letras en palabras con significado.
A su talento.
A su indiscutible persona, que ha pasado a ser una leyenda más allá de lo que vemos... pero oímos.

Escuchamos...
y escucharemos.

Y pensar que una voz prodigiosa haya sucumbido de esta manera.
Se ha cumplido un año desde que se marchó a ocupar el lugar que le corresponde.
Unos dicen que se marchó a darle clases de canto a un coro celestial... Otros, que fue a reclamar su trono.

"What did you do to end here?" Ask Satan.
"GET OUT OF MY THRONE, BITCH!" answer Dio.


(un comentario en un video suyo en el Youtube. Me ha gustado xD)


En fin...
Odio el haberlo conocido después de su partida. Me hubiese encantado escucharle cuando aún seguía en los escenarios, con su grandeza innata, cuando su poderosa voz conmovía a cientos de mortales.

Eso sí que me hubiera gustado.

Ahora solo puedo conformarme con oír lo que ha dejado como herencia en la historia de la música.
En la historia de la melodía.
En la historia de las voces.





Ronald James Padavona.
Gracias.
¿Por qué?

Ya lo sabes.



Larga vida a Ronnie James.





[La primera parte de la entrada es parte de la letra de una de sus canciones, Rainbow Eyes, pero algo retocada por mí :)]



atte.




sábado, 14 de mayo de 2011

#11




Nada realmente se mide.
Nada realmente se cuenta con números. Adiós al orden eterno, adiós al matemático camino que tenemos que recorrer.
En el fondo, vivimos en un caótico vaivén de personas, de miradas, y de nombres.
En el fondo, la entropía se ha hecho con nuestros hilos. La entropía del viento, de los demás, de nosotros mismos.
No podemos determinarlo todo... ¿y para qué lo haríamos?
Sabemos que nuestros días están contados desde el instante en que rompemos a llorar como recién nacidos. Somos conscientes, y aún así...
Aún así preferimos dejarnos llevar, a la deriva de un sueño, de una emoción, o de nuestras propias metas.

Cada uno es lo que ha conseguido ser.
Cada uno es lo que los demás le han ayudado a ser.
Cada uno vive y muere como alguien diferente.
Cada uno ES, sin que un conjunto vacío de números lo diga.

Podemos vivir desordenamente en un mundo ordenado.
Mejor vivir como nos diga el azar, aunque ya esté predestinado.

Somos únicos e irrepetibles.
Somos cuanto deseamos ser.

Somos un amasijo de expectativas, sentimientos y emociones.

Eso es lo que nos hace grandes.
Y libres.






atte.

miércoles, 11 de mayo de 2011

#10





Resulta duro pensar que ese alguien ya no está. Es difícil imaginarse ahora la vida que está por venir con esa ausencia a tu lado, haciéndote recordar aquellos momentos felices que, realmente, te hieren. Te hacen llorar. Te hacen sufrir amargamente.

En el fondo, algo te falta. Una pieza fundamental que te hacía ver la vida de otro color, o con algo de color. Algo que te complementa un poco, que te soporta, que te oye y te apoya.
Ese alguien que te ha valorado desde hace años.
Ese alguien que ha querido dedicar su vida a lo mismo que tú. Ese alguien que más que un amigo, fue un hermano.

Ese alguien que la suerte se llevó un día, y la muerte al siguiente.



Y yo soy nada más que una observadora en toda esta tragedia, pero también lo siento.
Con menor intensidad, pero esa sensación dentro del pecho no pasa al ver esas escenas, esas fotos, y esa camaradería que había entre ellos.

Y esas canciones, tan cargadas de fuerza, de potencia, y ganas.



Puedo llorar con ellos, e intuir lo que siguen sintiendo en sus propias carnes.
También puedo acompañarle.
Oirles.
Y apoyarles.


Lo merecen







PD: Ya estoy sin más exámenes, A ver si me paso por vuestros blogs estos días, que los tengo abandonados. I promise


Atte.
Gé.

miércoles, 4 de mayo de 2011

#9

Ya ni tengo ni un respiro para explayarme largo y tendido por aquí.
Empieza el principio del fin de lo último, y espero sobrevivir.
Sobrevivir y continuar, que la recta final no termina hasta Junio.
Me enrollo más que los rizos de Slash hablando de exámenes finales, pero como dice el dicho : "Al mal tiempo, buena cara" O algo así.

Soy Optimista, aunque estudie poco.
Y espero seguir siéndolo aunque mis notas no alcancen mis espectativas.



atte.

sábado, 30 de abril de 2011

#8

Cariño, eres grande. Cariño, eres genial.
Cariño, eres la sonrisa de plástico más artificial que he podido añadir a mi colección de "Detalles Odiosos que enterraría vivos"

Lo siento, cielo mío, pero una imagen vale más que mil palabras entredichas con sorna. Bueno, una colección de fotos sucesivas valen más que días y días de opiniones contrarias.
Yo juzgo, como todo el mundo, pero con argumentos bajo el brazo.
¿Y tú qué?
¿Vas a respaldarte tras la historia de "Soy una conocedora de la vida, yo sé lo que me hago"? ¿Vas a encapucharte bajo la apariencia de niña-madura-de-pocos-años?

No, que ya no cuela ni con vaselina.
Ni la sonrisa de plástico, ni los ojitos de cordero degollado.

Eres tan falsa como aquellos a los que tanto críticas.
Eres tan falsa como la falsedad que tanto denuncias.
Eres falsa, cielo mío.

Yo nunca hubiera dado mi brazo a torcer si estuviera al tanto de que esos amigos a los que tanto "quiero" me ponen como Shrek a las espaldas.
Recuerda que las apariencias engañan... aunque eso ya lo sabes, ¿no?
Mi querida niña que ya es toda una mujercita, ¿verdad?

Nótese el delicado filo de la ironía, of course.

Supongo que te darás de morros contra su fachada de artificio.
Cuando te levantes de la impresión, llámame.
Ya me conoces, bien.
A mí, por lo menos, bastante mejor.


Pero, mientras, sigue siendo tan asquerosamente falsa como un billete de tres euros.





atte.

jueves, 21 de abril de 2011

#7


Genialidad, sí, en estado puro.
Tan difícil de encontrar. Tanto como el tesoro que lleva enterrado en cierta isla desde hace siglos.
Genialidad que pocos llevan consigo.
En la sangre, al respirar, al sentir.
Al vivir.

Al morir.

Genialidad que, afortunadamente, es humana.
Cuando realmente debería trascender.

Genialidad que existe. Que se conoce.

Genialidad de genios... y de hombres.
Compleja, abstracta, misteriosa, inalcanzable, majestuosa.
Con ella se forjaron las leyendas que nos dan sentido, y que, hoy en día, siguen tan palpitantes.

Menos mal que siguen habiendo siervos de la ingenua Genialidad.
Menos mal, sí.




Tenía ganas.
Tenía ganas de hacerlo eterno, memorable, vehemente.
Tenía ganas de superarme a mí y a todos.

Ese día tenía ganas de ser Dios de mástiles y heraldo de cuerdas.


No recuerdo como empezó todo, ni tampoco el número de dosis que tomé de ese maravilloso elixir. De esa droga, de esa placentera adicción.
Me envolvía sin abrazarme, sin tocarme, sin acariciarme; allí estaba, cerca, susurrante, cual dama de oro y amante de nadie.
Me llamaba, me gritaba, me suplicaba... ¿Cómo iba a decirle que no?

Sonreí, a su fortuna. Sonreí a sus deseos nuevamente, y me deslicé bajo la gruesa correa que la sostenía.
Ah, bien, calibrando el peso con ambas manos.
Era una ligereza imperturbable.

"Tres"

Me permití acariciarla, sentir un delicioso chispazo al rozar sus cuerdas. Un estremecimiento me hizo respirar entrecortadamente durante unos segundos.
Ya sentía a mis propios sentidos aclamar su nombre.

Continué con el ritual, dejando caer el cable a mis pies.
No había nada más hermoso que ese amasijo de filamentos negros a mi alrededor, apenas perceptibles por la poca luz que entraba en la habitación. Alcé la cabeza, desafiando a ese brillo que se dispersaba sobre mí, como un halo divino.

También pude ver de soslayo la membrana de esas cajas metálicas que pronto serían parte de mi propia fantasía. Su importancia era inimaginable.
¡Qué pena que todavía no pudiesen hablar!
... Pero la doncella las despertaría.


"Dos"

Ultimé los detalles más insignificantes.
Cuando alguien se exige la perfección, necesita que todo esté en su sitio, a punto, finito, hasta lo que resulta minúsculo, como la propia respiración. Un aleteo, un zumbido, una mota de polvo.
Todo tiene que estar en su perfecta medida.Todo.

Volví a palpar su suave superficie, como quien palpa un diamante, una joya.
En cierto modo lo era. Tan dócil, tan dulce, tan asquerosamente atractiva.
Se me iba la cabeza.

La dama volvió a exigirme atención, cuidado. Le dediqué una mirada lasciva.
Estaba a su completa disposición, como caballero entregado a su musa.
Mi musa.
Mi diosa.

Tan solo imaginar lo que estaba por venir, tan solo el hecho de pensarlo....
Me hervía la sangre, y la piel, y los dedos.
Mi ser ya empezaba a trascender... Es lo malo de pensar demasiado.
La anticipación te juega malas pasadas.
Sacudí mi oscura melena, mentalizándome de nuevo.
Nada de pensamientos, nada de recuerdos. Nada de nombres ni de florituras.
Estaba solo...
...y el mundo vibraría conmigo.

¿Lo conseguiría esta vez?

"Uno"


Decidí no pensar en la respuesta.
Cerré los ojos para oír la llamada de mi diosa, de mi triste obsesión.
Ahora ya comenzaba a gruñir con voracidad, con hambre. Tenía las mismas ganas que yo, como cuando alguien desea con todas sus fuerzas el derrumbarse en el colchón de esa persona que tanto se quiere.
Mi amada era otra.
Ya lo corpóreo dejó de tener significado. Acaricié las cuerdas otra vez.

Se estaba acercando el momento. Cuestión de segundos, de pestañeos, de nada.
Y no se podía pedir escenario mejor.
Ni público.

La emoción crece. Los aplausos resuenan.

Dios. Me siento un Dios ahora.
Y mi pequeña sigue esperando.

Hoy era el día en el que intentaría tocar el cielo con mi vena, con mi arte.
Hoy intentaría casarme con la genialidad de quien elige esta vida de sinfonías.
Hoy era ese maldito día.
Me faltaba una buen trago para calmar los nervios.

Ovación. Gran ovación de fondo.
Mi sonrisa se amplió, marcando mi rostro en una mueca de euforia, orgullo.
Una pizca de arrogancia... ¿pero qué mas daba?
Era mi momento, y el halo de luz aumentó en intensidad, otorgándole majestuosidad a lo que me quedaba de presencia.
Volvía a sentirme fuera de mí, con los dedos temblando de gozo.

Un poco más. Unos minutos más de espera, y ya todo me pertenecería.
Mis animosos y fantasmales espectadores continuaron con su jovial griterío, inyectándome ánimo, coraje... Más estupefacientes a mi cóctel mortal.

Mi cabeza deliró un poco más, hasta que la oyó, por fin.

"Enseña los dientes, enseña tu talento, enseña tu valía. Demuéstranos que hay más que pretensiones, aprendiz de Héroe"

Cortesana desdeñosa.
No pude evitar lanzar una carcajada desafiante, plagada de picardía. Comenzaba el espectáculo.

Ahora mis nudosas manos se atrevieron a tocar el provocativo acabado de mi acompañante, de mi arma de destrucción masiva. Luego mis zarpas la sometieron bajo su poder, bajo su destreza.

Y ella me respondió.
La guitarra comenzó a desvelarse de su pesado letargo.
Comenzó a contagiarse de la pasión que me recorría los nervios.
Comenzó a fusionarse conmigo, con mi alma de huesos.
Comenzó, por fin, coreada por las grandes cajas de hierro.

Esa era mi chica. Esa era mi princesa, y ahora la Música ya no podría menospreciarla. Nunca más.
Ahora era ella la voz de un corazón desbocado. De mi jodido corazón...
Había hecho tiritar a toda la mortalidad.
Al planeta.
Y, ¿Por qué no? Al universo.

Sé que estuve miles de años tocando, deslizando mis dedos por la suavidad de su mástil.
El sonido tampoco abandonó mis tímpanos.
Incesante, inefable, interminable.
Impetuoso, poderoso.
Formidable.

No podía permitir que se acabase esa sucesión imposible de notas.
No podía permitirme el lujo de dejar que se perdieran con el tiempo.
Y, ante todo, no me podía dejarlo en el vacío.

Mis dedos sangraron y lloraron, pero nunca dejé que el dolor me consumiese.

Mi musa musical, mi droga, entrecerró los ojos, complacida. Me hice con ella.

No sé qué más puede desear un hombre que muere así, haciendo lo que más le gusta.

Estuve en el cielo y en el infierno, estuve en cada una de las ciudades olvidadas que sostienen nuestra realidad; estuve en los dedos de los grandes que, antes que yo, cruzaron este anillo de fuego.
Estuve en todas partes sin moverme.
En la cima más alta, a lomos de lo inmenso.
Junto a ti.


Ese día tuve ganas de ser parte de una efímera genialidad.
Ese glorioso día tuve ganas de rozar la eternidad.
Ese maldito día tuve ganas de soñar y de tocar hasta el fin del último de los amaneceres.
Jugué a ser Dios, y lo conseguí.
Vencí a la doncella Música en su propio terreno con los alaridos de un instrumento.
Fui uno solo. Un Solo de seis cuerdas.





Ese día que ya es Ayer.
Ese día tan inolvidable me arrebató lo que me quedaba de hombre.
Ahora soy guitarrista.
Soy Leyenda.

¿Y qué me queda ahora?


(Otra vez sonríe. Se acerca al oído, en un gesto de complicidad)



Repetirlo.




____________________________________________________________





Para todos aquellos que han inspirado esta improvisación.
Son muchos los nombres.






atte.



(DONOTCOPYMYWORKS. IT BELONGS TO ME)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...