sábado, 12 de noviembre de 2011

#39



Hoy en día decir "te quiero" o amar a alguien parece haberse convertido en un tópico común, desfasado, desgastado indiscriminadamente.
Vacío, maltratado. No hay sentimientos que lo sustenten en su esplendor. No hay emociones que hagan que esas dos palabras cobren un significado grande y hermoso para quien las dice o para quien las recibe.
No hay hechos, recuerdos, ni susurros que les den forma.
Palabras anodinas, simples, que han caído de su trono sin quererlo, pasando a no significar realmente nada.

Pero, afortunadamente, hay quienes consiguen llenarse con sensaciones al oírlas y al decirlas.
Hay quien es capaz de detener el mundo cuando las pronuncia, de dar un giro de 360º a la vida de una persona, o sencillamente sacarle una sonrisa verdadera cargada de mil emociones y mil historias dignas de guardar. Hay quienes todavía siente el poder, la inmensidad, y la eternidad que atañen, que encierran, que cargan.
Porque querer a alguien no significa saber que la conoces, o que le tienes cierto aprecio.
Querer a alguien se basa en momentos compartidos, en anécdotas donde los protagonistas llevan la misma importancia, donde cualquier cosa cobra una importancia sutil y deliciosa, donde cada roce y cada gesto significan algo más que lo que son. Significan latidos de un corazón vivo.
De una persona.
De un ser que siente.
Porque nacimos con la capacidad de sentir más allá de nuestro instinto animal.
¿Y por qué no lo demostramos con hechos y situaciones?

Tengo la suerte de tener a alguien que me hace soñar cada vez que me lo dice.
Tengo el privilegio de seguir estremeciéndome cuando me dice que me adora.
¿Por qué el resto del mundo no lo siente igual y malgasta palabras tan significativas?

El mundo se muere en sentimiento y en razón.
El mundo se muere en todo.
Pero, mientras, yo me escondo en sus brazos, sabiendo que no voy a morir con ese mundo marchito.
A salvo en sus besos, en su respiración, en su mirada cristalina.

Porque querer a alguien significa quererlo por todo lo que es, por conocer hasta el más mínimo detalle, sus defectos, sus pasiones, sus virtudes, sus temores, sus rutinas, sus opiniones, sus maneras de ver el resto que le rodea.
Querer es algo más que el simple hecho de apreciar.
Es sentir a esa persona como parte de lo que eres tú.
Te aporta algo que te hace seguir respirando.
Seguir creciendo.
Seguir sonriendo.
Seguir viviendo.

Tener esa suerte es todo y cuanto puedo anhelar.
Y la tengo.
tengo la suerte de mi vida con nombre y apellido.
Con rostro.
Con sonrisa.


Todo y cuanto puedo desear.






atte.

lunes, 7 de noviembre de 2011

#38



Este momento, ahora, cada segundo que lo hace posible, cada instante que le da un suspiro.
Ese instante eterno en el que se cruzan las miradas y yo muero por dentro
Morir de una manera maravillosa al saber que nuestras manos, poquito a poco, se van acercando hasta rozarse, hasta acariciarse.
Un delicioso escalofrío me eriza la piel, llegando a cada fibra, a cada filamento. Todo se estremece.
Lentamente, como una chispa que recorre ansiosamente la pólvora hasta llegar al barril donde estalla.
Estalla, como el corazón bajo mi pecho.
Bombea, desbocado, con fuerza, llevado por un ritmo frenético que marcas con tus pupilas, tus parpadeos, y con el suave movimiento de tus labios esbozando una media sonrisa.
Muero otra vez, de lo mismo, de esa manera tan repetitiva

No puedo imaginarme otro reflejo que no sea el tuyo en mis ojos.
No puedo imaginarme otro rostro, otras manos, otra persona que no seas tú en esto.
A mi lado, cara a cara, sin mediar ninguna palabra más la que se susurran en silencio.
Esas palabras que tan desgastadas tenemos pero que nuestro fuero interno no deja de gritar.
Más me valdría a mí gritarlo a los cuatro vientos hasta que mi voz desapareciera.

Dedicarte mil atardeceres y otras mil más.
Dedicarte un millón de tonterías sin precio y de esas risas que son de verdad.
En este puñetero mundo de apariencias, solo tú me haces mostrarme sin una fachada para pasar desapercibida.
Eres tú quién me hace girar, temblar, emocionarme.
No conozco a nadie capaz de hacerme sentir bien de esta manera.

Y luego es cuando sucede, cuando tus manos toman mis mejillas con delicadeza y acercan mi rostro al tuyo. Más y más cerca, hasta que nuestros labios se rozan un segundo.
Una eternidad nueva.
Indescriptible.
Imperfectamente perfecta.

Vuelvo a morir por ti.
Por que te quiero a morir de la mejor manera posible.
En tus labios, en tus brazos, en tus ojos de chocolate.
Porque no haces más que hacerme renacer, cual pájaro de fuego.
Una y otra vez.
El fuego se torna incandescencia, una inmensa hoguera que me abrasa el alma.
Me abrasa, sí
Me envuelve, me conmueve.

Eres algo más que una persona para mí.
Eres un universo digno de conocer.
Eres una mirada digna de admirar.
Eres un corazón digno de cuidar.

Eres alguien digno de querer.

Y espero que sea un "para siempre"

Porque esto es nuestro. Solo nuestro.
Moriré por ti hasta que te canses de mí.
Viviré por ti hasta que te aburras.

Y yo soy feliz con tal de que lo sepas.
Mi corazón seguirá exclamándolo en silencio.


Fuego y Hielo.
Cielo e Infierno.
Valhalla.
Ese eres tú para mí.




atte.

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