sábado, 2 de febrero de 2013

#85

Mi vida por ser un adagio de Ludwig Van.

viernes, 9 de noviembre de 2012

#84

De un tiempo a este todo se ha ido tornando en lluvia, ligera, silente, rápida. Chubascos, caída repentina de litros y litros de algo que ya ni sé explicar. Cae sobre mí, golpeándome, espabilándome, haciendo que mantenga la calma y me mantenga despierta después de tanto tiempo de "insomnio". Meramente ya no me reconozco.
La tinta ha desaparecido de mi pluma.
La tinta ha desaparecido de mis dedos.
La tinta sin tinta.

Sustituído por páginas, una dosis alta de estrés vía intravenosa y una pérdida del autocontrol que en un tiempo me permitía permanecer. Estar. Ser. Humanidad, al fin y al cabo.
Me he convertido en un montón de carne autómata supeditada a una rutina matadora. Ya ni veo la hora de acostarme de verdad, porque el sueño es relativo y la extenuación palpable.
Necesito un trago de ese anestésico que me insensibilizaba de los besos de ese vil caballero que yo he conocido como profundo desasosiego. Necesito por necesitar. Necesito una motivación.
Necesito un poco más de eso que hace que mi petrificación interna se desmorone.
Necesito.

Y ya.

atte.

martes, 18 de septiembre de 2012

#83

¿Sabéis una cosa?
En mi interminable letargo estival he estado descubriendo de qué hueso están hechos algunos individuos.

lunes, 10 de septiembre de 2012

#82

A veces solo hacen falta una sucesión de palabras bien colocadas para darle sentido a esta asquerosa tempestad que vuela en mi cabeza, en mi pelo y en nuestra memoria.
Me puede la dama triste.
Me puede ese sabor agridulce.
Me puede todo ahora.

domingo, 12 de agosto de 2012

#80

Estamos irremediablemente enfermos. Somos justo lo que parecemos.
Gilipollas.
Sin más.
Sin menos.

viernes, 3 de agosto de 2012

#79

Vuelvo a engañarme, a negarme y a hacer lo que he hecho siempre: intentar ser fuerte.
Mi círculo vicioso no hace más que hacerme daño. Ya todo me hace daño.
Supongo que ya es hora de dejarse perecer y que perezca.

Todo tiene que estar por donde viene a ser el camino acertado. Que me haya descarrilado ya ha empezado a ser un verdadero suplicio.
No debo llorar, debo arrancar esa espina y seguir.
No por mí, si no por quién cree en mí.
A la mierda el resto.

jueves, 31 de mayo de 2012

#78 (31)



Desde esa tarde clara de mayo todo pareció cobrar vida después de escupir todos mis sentimientos, después de haberme derrumbado ante tus ojos, después de haber desahogado tantos y tantos quebraderos de cabeza.
Te confesé que nunca había conocido a alguien como tú.
Te hice saber que si suspiraba por alguien, era por ti...
y que si lloraba cada noche era porque no quería darle el gusto a mi corazón de latir por ti.

Ese sufrimiento acabó por fin cuando, mirando a mis propios pies al otro lado del banco, te lo dije. No solo el rubor hizo estallar mis mejillas de un patético color rosáceo, si no unas tremendas ganas de dejar que mis ojos ardieran en lágrimas. Estaba aliviada, pero expectante.
Ahora mi único era la posibilidad de perderte como todo, como amigo, como conocido, como persona...

Y nunca terminaré de dar crédito al hecho de que me sonrieses, y, levantándote, me tendieras la mano y me dijeras. "¿Damos una vuelta?"

Nunca lo voy a olvidar. Nunca voy a olvidar mi atrevimiento al rozar tus labios, nunca voy a olvidar tus finos dedos entrelazándose con los míos, temblorosos.

Pero lo que nunca voy a olvidar es el hecho de que me dieras esa oportunidad, esa hermosa oportunidad de ser algo más y que hoy mantengo con mi vida, protegiéndola hasta mi último aliento.


Eres Valhalla.
Eres ilusión.
Eres un sueño.


Gracias por estos 365 días de emociones.
Y si quererte es de locos, que vengan y me encierren.



atte.
Gé.

lunes, 28 de mayo de 2012

#77



Todo es hermoso desde las alturas. Todo parece nuevo, diferente, y fuera de todo peligro.
Un regalo. Un beso. Un Valhalla.
Pero la soledad me susurra al oído todos sus nombres.
¿Qué es el cielo sin su presencia?
¿Qué es el paraíso sin sus voces?

¿De qué me vale el Edén si mis camaradas, mis amores, arden en lo más hondo del Infierno?

Adiós a toda esperanza.

atte.
Gé.

domingo, 27 de mayo de 2012

#76

Mi fuerza reside en mis miedos. Mi miedo reside en tu nombre. Tu nombre me maldice a las espaldas.
Y mis espaldas están cubiertas por estacas de morfina.
Adiós al dolor.
Todo esto escrito en una canción triste.



atte.

jueves, 24 de mayo de 2012

#75

Que se pudra el mundo por dentro con sus embustes y sus palabras vacías.
No somos más que hipocresía con sangre y pies.
Falsedad andante.
Así nadie nos salvará del olvido.




Atte.

lunes, 21 de mayo de 2012

jueves, 17 de mayo de 2012

#73



No digo que sea perfección.
Pero casi.
Me ha gustado y no poco.
Gracias por hacerme vibrar una vez más, queridos norteños.



atte.
Gé.

viernes, 11 de mayo de 2012

#72

Tuve un millón y medio de razones por las que creer que el mundo me devoraba los pies, los talones y los tobillos. Mi mala suerte no ha dejado de perseguirme desde que tengo memoria, y ahora no me queda más que detener y dejar que me alcance, al fin.
Una media sonrisa.
Un último adiós.

¿Quién me iba a decir que estaría en este fuego cruzado, donde las balas no dejan de rozarme?
No he dejado de caerme, no he dejado de recibir todo ese daño que no hace más que consumirme.
No encuentro el descanso necesario para tanta extenuación, para tantos pájaros negros en mi cabeza, y para frías gotas de agua que se asoman por la comisura de mis ojos.

Mi dualidad me ha vencido una vez más, y lo seguirá haciendo hasta que yo misma me sobreponga a todo, pero mis deseos deben sucumbir ante el deber y la prioridad.
No vivo aquí para beber de rodeos y paranoias.
Aunque me duela.
Aunque eso me castigue por donde más me duele.

Necesito las fuerzas que me faltan, el aliento que nada me brinda, y el ánimo que una vez me robaron.
Necesito que este reloj de arena deje de darme el coñazo.
Necesito que el mundo se detenga.
Necesito una realidad imposible y otra paralela a esta.


Me he cansado de malos consejos.
Y vuelvo a tropezar con la misma piedra de "vivir de ilusiones".
Un error más a mi lista de torpezas.

Soy asquerosamente vulnerable tras esta coraza de acero grisáceo.



atte.
Gé.

miércoles, 9 de mayo de 2012

#71



Es terriblemente agotador tener que acallar esas voces que te gimen desde lo más hondo y recóndito de tu propia piel. No he podido susurrar aún una melodía precisa para consolar a estas finos cristales que se deslizan por mis mejillas sin prisa... pero sin pausa. No puedo evitar dejarlas ir, entre un alborozo inestimable y una tristeza fruto de todo lo que pueda atolondrar, un manojo de nervios y un ramo de emociones.

He dejado de lado todo esto más de una vez. He dejado que los temores de quienes me rodean sean quienes de evadirme de los míos propios... y he dejado que eso me aprisione en mis momentos de soledad, cuando no hay nadie que se preste a brindar un hombro.

Como siempre, es hora de levantar la vista y no rendirse.
Por siempre, como he hecho siempre.
Las lamentaciones no han reservado tiempo en mi apretada agenda.
Ni yo misma.

Es tiempo de fastidiarme, reprimirme y caminar aunque me pese.

Todo este cansancio no tiene que ser más que un espejismo.



atte.
Gé.

martes, 8 de mayo de 2012

#70



Cosas básicas que te hacen deliciosa.
O al menos un poco menos desagradable.
Hola, mi querido Ego.




atte.
Gé.

lunes, 7 de mayo de 2012

#69



Después de tanto y tanto
ya todo empieza a esclarecerse... y a bien.





atte.

sábado, 5 de mayo de 2012

#68



Te prometí enterrarme en vida.
Y lo cumplí.



Nunca te he fallado.
Nunca.


Atte.

viernes, 4 de mayo de 2012

#67

Esa nota entre el blanco y el negro, esas pestañas canosas que brotan de sus párpados.
Esas arrugas que nunca aparecieron por su rostro, y ese matiz de tristeza que iluminaron sus pupilas desde los grandes días de oro.
Ahora vaga cual espectro entre los tejos, entre los cipreses, bebiendo de los graznidos de los pájaros, y saboreando del gélido viento que azota sus trenzas en invierno, bajo la traslúcida mirada de un sol que se esconde tras las nubes.

Afortunadamente, sus pasos no van por su cuenta, no van solos.
Otros finos pies van muy cerca, con sigilo, con cautela, vigilando cada paso. 
Acarician lo que no existe y continúan su travesía, sin quererlo, sin prestar atención a  nada.
Dándole la espalda a aquello que se les escapa de entre los dedos, más allá de lo que pueden llegar a desear.

Un chispazo que no late en sus venas. Un suspiro que no cruza sus gargantas.
Solo un color tiñendo la no-vida a la que han sido condenadas.
Un gris que no desaparece nunca.

Los fantasmas grises, los espectros grises, las pesadillas grises, las damas grises.
O sencillamente, la madre Natura que han encomendado a sus fatales hijas a vagar por el mundo en inverno, bajo el frío de la tormenta.

Y una voz recita su leyenda.
Un voz que aclama la melodía que marca su inexistencia.

"Todos los colores se disuelven, el oro del cielo se desvanece en sus pieles. Ahora todo se torna gris, cuando todo esto llega a su final"




atte.
Gé.

jueves, 3 de mayo de 2012

#66


Suelo confiar fácilmente en la gente
pero no en el demonio que llevan dentro.






atte.

miércoles, 2 de mayo de 2012

#65



Escribió la melodía que protagonizaría tantas historias, ordenó las notas que muchos escucharían en momentos pasionales... y, más que nada, fue el autor de una de las letras más hermosas que el piano ha podido saborear.

Lo más conmovedor, lo más triste... y lo más cierto es que fue maldecido por ello.
Y tal vez para siempre.


atte.
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