viernes, 9 de noviembre de 2012

#84

De un tiempo a este todo se ha ido tornando en lluvia, ligera, silente, rápida. Chubascos, caída repentina de litros y litros de algo que ya ni sé explicar. Cae sobre mí, golpeándome, espabilándome, haciendo que mantenga la calma y me mantenga despierta después de tanto tiempo de "insomnio". Meramente ya no me reconozco.
La tinta ha desaparecido de mi pluma.
La tinta ha desaparecido de mis dedos.
La tinta sin tinta.

Sustituído por páginas, una dosis alta de estrés vía intravenosa y una pérdida del autocontrol que en un tiempo me permitía permanecer. Estar. Ser. Humanidad, al fin y al cabo.
Me he convertido en un montón de carne autómata supeditada a una rutina matadora. Ya ni veo la hora de acostarme de verdad, porque el sueño es relativo y la extenuación palpable.
Necesito un trago de ese anestésico que me insensibilizaba de los besos de ese vil caballero que yo he conocido como profundo desasosiego. Necesito por necesitar. Necesito una motivación.
Necesito un poco más de eso que hace que mi petrificación interna se desmorone.
Necesito.

Y ya.

atte.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...