Vuelvo a engañarme, a negarme y a hacer lo que he hecho siempre: intentar ser fuerte.
Mi círculo vicioso no hace más que hacerme daño. Ya todo me hace daño.
Supongo que ya es hora de dejarse perecer y que perezca.
Todo tiene que estar por donde viene a ser el camino acertado. Que me haya descarrilado ya ha empezado a ser un verdadero suplicio.
No debo llorar, debo arrancar esa espina y seguir.
No por mí, si no por quién cree en mí.
A la mierda el resto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario