Escribió la melodía que protagonizaría tantas historias, ordenó las notas que muchos escucharían en momentos pasionales... y, más que nada, fue el autor de una de las letras más hermosas que el piano ha podido saborear.
Lo más conmovedor, lo más triste... y lo más cierto es que fue maldecido por ello.
Y tal vez para siempre.
atte.
Gé
No hay comentarios:
Publicar un comentario