
Supuse que sería un buen momento para rendirse, para detenerse y dejar que todo lo demás pase, fluya, vuele.
Tan difícil ha sido todo esto que ya es hora de decirle un último adiós.
Un adiós por todo lo que me ha hecho. Adiós por el tiempo que estuvo atormentándome.
Te quiero lejos de mí y de mi vida, y por eso mismo me despido.
He sido fuerte durante demasiado tiempo, abrazándome a deseos y esperanzas que ya no son que meras estupideces en mi cabeza. Ya es hora de pensar de otra manera y dejar de ilusionarme por cada nuevo amanecer que ocurre en el horizonte.
Me han destrozado el poco optimismo que me quedaba dentro, y ya tengo poco a lo que aferrarme.
Es momento de rendirse, y de borrar. Olvidar. Desvanecer.
Y además, ¿a quién le importa?
A mí ya no.
A nadie.
Creer que algo puede salir bien me ha costado muchos quebraderos de cabeza.
Mi galería de sueños se ha cerrado.
Mi diario de pensamientos también.
Sé que el cielo sigue arriba pero... ¿por cuánto tiempo?
Al menos me queda el único trocito que ha caído de él para mí.
No estoy completamente sola en el andén. Menos mal.
Sin embargo, a mí las despedidas se me dan realmente mal.
atte.
Gé
1 comentario:
No me gusta esta entrada u_u quiero hablar contigo
Alubia :3
Publicar un comentario