jueves, 2 de junio de 2011

#13


Sonreír y sentirme absurda.
Sonreirle y volver a sentirlo.
Sonreír con el estrés sobre tus hombros. Sonreír por alguien.
Por ese alguien.

No puedo evitar sentirme idiota, ridícula, patética.
No puedo evitar susurrarlo porque, en el fondo, es cierto.

Es cierto, sí.

Y un buen día, una buena tarde en un banco de piedra, soltarlo todo desde dentro.
A sus ojos, con miedo. Con temor.
Fue algo ilógico, e incluso que se escapa a lo racional.
Pero, como alguien pronunció una vez, las razones que la Razón no entiende son las razones del corazón.

Por eso hoy le digo, en voz baja, algo estúpido, estropeándolo todo.
Algo tan estúpido como un "Te quiero".

Y no hay nada más bonito que esa persona también lo diga.
Que me lo dedique.

Gracias por ser mi gran distracción.
No podía tener nada mejor en mi cabeza que tú ahora.









Einunddreißig

atte.

1 comentario:

Pantalaimon dijo...

Einunddreißig :3

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