miércoles, 18 de abril de 2012

#55

Nadie puede vivir sin un vicio. Sin una maldita adicción.
Al igual que vivimos por ella, también nos pudrimos por dentro.

Una hoguera, una llamarada, una intensa celeridad de pálpitos.
No me canso de escribirte... Y de condenarte.

Matadme, colgadme y entraguladme
pero me resulta imposible ver como pasa cada segundo y yo sigo a no se cuantos kilómetros de sus labios.

Maldita obsesión la mía.


atte.
Gé.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...