
Nos acostumbramos a soñar despiertos y a vivir una vida maravillosa dormidos.
Nos acostumbramos a bailar al son del tiempo y de granitos de arena.
Así, como pequeños títeres en una tragicomedia donde hay más lágrimas que sonrisas.
Más penas que glorias, más decepción que emoción.
Supongo que es normal siendo lo que somos, viviendo como vivimos.
La vida de color rosa es una ficción tan tentadora que nos olvidamos que tenemos que soportar la gran carga de ser personas. Nuestra moral a veces estalla en mil pedazos y ya ni somos capaces en discernir entre lo que está bien y lo que está mal... hasta nuestras prioridades se tambalean sobre nuestros hombros a la vez que nuestros dedos rozan las maravillosas teclas de un piano de cola.
Nos sentimos grandes cuando menos lo necesitamos, y nos encerramos en una burbuja sinfónica que rezuma armonía por donde explota.
Música y melodía. Que grata combinación.
Si tan solo supiéramos reír de verdad todo sería muy distinto.
Una risa de verdadera felicidad, sin sarcasmo e ironía de fondo.
¿Que diría el NOSOTROS de hace unos años? ¿Ese que reía y soñaba por cualquier cosa?
¿Se burlará? ¿Gritará de terror?
¿O sencillamente te preguntará, con voz inocente, en qué demonios se habrá convertido al pasar un tiempo?
No vivo de la ignorancia ni del optimismo.
El hiperrealismo se me antoja escaso.
¿Estamos vivos o solo somos un amasijo de carne que respira?
Supongo que al final lo que importa es lo que se comparte y se recuerda.
Después de tantos lamentos hay un chispazo que nos hace alzar la mirada y decir "Después de todo, aquí estoy."
Sí, aquí estamos, como tablas de un todo destinados a navegar a la deriva.
A la deriva de nuestros errores, de nuestros miedos, de nuestros sufrimientos.
Pero... ¿sabes una cosa?
Aunque la tristeza nos ame de cerca y la felicidad nos espere lejos, podemos augurar lo siguiente que va a ocurrir.
Entreverlo, de soslayo.
Ahora es cuando debes sonreír de verdad.
Cuando te das cuenta que eres TÚ, y nadie puede negar esa evidencia.
¿No te hace feliz?
A mí sí, aunque sea solo por unos segundos.
atte.
Gé.