miércoles, 6 de abril de 2011

#4

Porque lo mejor de la vida se sirve en pequeñas dosis.
Y los peores venenos también.

Algunas deberían morderse la lengua con sus propios colmillos. Algunas deberían probar un poco de esa ácida medicina que escupen a las espaldas, como cobardes, con el rabo entre las piernas.
El rencor les consume como el fuego a la cera.
No entienden que sonreír de primeras y clavar puñales después es patético, denigrante, hasta rebasar los límites de lo ridículo, de lo más rastrero y mezquino.
Víboras, que son unas víboras que han dejado de arrastrarse, pero que siguen mudando la piel seca que les estorba, el disfraz que les esconde, la fachada que han esculpido a base de mentiras y mimos falsos.

¿Cómo decirles a toda vuestra compañía actual que antes despreciabais tanto? ¿Cómo explicarle las malas pécoras que podéis llegar a ser?

En mi posición, imposible.
Ya le comisteis la oreja. Un poco de dulce siempre cubre lo amargo y lo ácido.
Vuestro puñetero ácido.
Ponzoña de la buena, sí señor.

Ojalá la probarais. Ojalá vuestras venas reventasen al sentirla en la sangre, en esas dosis tan ínfimas y mortales.

Sin embargo, no os deseo ningún mal.
No, en absoluto.
Solo espero que os atragantéis con todas vuestras mentiras, con toda la basura que soltáis al abrir la boca y, sobre todo, que perezcáis bajo ese ego que os hace tan "especiales" (nótese la ironía)

Especiales y tres mierdas.
Copias insignificantes de un estereotipo.
Estereotipo de niñas egocéntricas que piensan que se van a comer el mundo a punta de contar sus penas.
YO, YO, y más YO.
Esa única palabra es la que resuena en vuestros nulos pensamientos.

Repito: No os deseo ningún mal, sólo espero que la gente que os rodea ahora se de cuenta de lo ASQUEROSAS que sois en realidad.

1 comentario:

Mrs. Gates. dijo...

Por desgracia, son demasiado ciegas para darse cuenta.

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